Por: Rubén Sandoval Aguiar.

15 de abril del 2024.

El 2024 es año electoral, lo que ha provocado una gran efervescencia política y ciudadana, ante la posibilidad de que, por primera vez en la historia de México, una mujer pueda arribar a la presidencia de la República, después de doscientos años del predominio de los hombres al frente del Poder Ejecutivo Federal y de largas y sangrientas luchas del pueblo mexicano para alcanzar su libertad.

En este proceso trasformador, fue fundamental la participación de hombres y mujeres que aportaron lo mejor de sí, para modelar un México más justo, un Estado constitucional de derecho, y sentar las bases democráticas de nuestro país. En ese marco desfilan nombres como Miguel Hidalgo, José María Morelos y Josefa Ortiz de Domínguez, en el periodo de Independencia; Benito Juárez, Melchor Ocampo e Ignacio Ramírez, en la época de la Reforma; Ricardo Flores Magón, Francisco I. Madero, Emiliano Zapata, Hermila Galindo, Lázaro Cárdenas del Rio y Francisco J. Múgica, en el periodo revolucionario. En la época reciente podemos distinguir a Heberto Castillo, Rosa Piedra Ibarra, Ifigenia Martínez, Jesús Reyes Heroles, Porfirio Muñoz Ledo, Cuauhtémoc Cárdenas y el propio presidente Andrés Manuel López Obrador.

Como consecuencia de ello, las luchas democráticas del siglo XX en nuestro país, atravesaron por procesos violentos y movimientos históricos, como la elección presidencial de1940 en la que el sucesor natural de Lázaro Cárdenas era el general Francisco J. Múgica, quien denunció una elección de Estado, con procesos antidemocráticos; el movimiento “Henriquista” y su Frente Unificado de los Partidos del Pueblo Mexicano, en la década de los 50´s, el movimiento estudiantil de 1968, el Frente Democrático Nacional, encabezado por el ingeniero Cárdenas en la mítica elección de 1988 y su caída del sistema, y más recientemente los procesos electorales del 2006 y 2012, en los que el entonces candidato presidencial López Obrador, encabezó el “Movimiento de Regeneración Nacional”, denunciando fraudes electorales. 

Sin embargo, toda esa historia de lucha parece haberse olvidado ante la avalancha provocada por el proceso electoral actual, en la que la clase política, y las autoridades de los distintos órdenes de gobierno, han pasado por alto la memoria de nuestros héroes nacionales, que cuando mucho han merecido algún diseño menor con la imagen de los personajes, publicado en los portales electrónicos y sitios web de las dependencias gubernamentales, de los poderes federales, los gobiernos estatales y municipales, que en muchos casos tiene al frente funcionarios urgidos de buscar una candidatura o la reelección. 

Justamente con el pretexto de que nos encontramos en año electoral, varios gobiernos estatales y municipales del país, tomaron la determinación de suspender la realización de Actos Cívicos conmemorativos de nuestros grandes adalides, quienes pusieron su vida al servicio de la Patria, para que México pudiera transitar de movimientos armados, actos represivos y fraudes electorales cometidos por el Estado, a procesos electorales más democráticos, transparentes y con estricto apego a la legalidad, generando con ellos una ruta de certeza para el país.

Tal fue el caso de los pocos Actos de Aniversario Luctuoso del general Francisco J. Múgica, que cada 12 de abril, se celebran en distintos municipios de la geografía mexicana, particularmente en el estado de Michoacán, tierra que vio nacer al llamado “Ideólogo de Tingüindín”; dichos actos fueron cancelados por los Ayuntamientos, no obstante que en el 2024, se cumplieron 70 años del fallecimiento del ilustre diputado constituyente, quien dicho sea de paso, fue una de las figuras máximas, que pugnó por la autonomía municipal consagrada en el artículo 115 de nuestra Carta Magna. 

De igual forma, hasta donde sabemos, el Gobierno Federal tampoco convocó a una ceremonia Luctuosa del personaje a nivel nacional, lo cual resultaría casi obligado dadas sus raíces ideológicas; probablemente esto se deba, a que a la fecha,  no existe instituido por ley, un Acto de Aniversario Luctuoso para rememorar al general Francisco J. Múgica en el ámbito federal, el cual pudiera ser organizado por el gobierno de la República, o los Poderes de la Unión, para honrar al revolucionario de mil batallas, ante el lamentable hecho de que la figura del distinguido estadista se encuentra olvidada, a pesar de que Múgica fue uno de los grandes ideólogos sociales del proceso revolucionario de 1910 y una de las mentes más brillantes de la izquierda mexicana.

En el caso de la capital moreliana, el pasado 12 de abril, la imagen del general Francisco José Múgica Velázquez no mereció más que una ofrenda floral en las Estelas del Parque Juárez, por parte de las autoridades municipales, quienes ordenaron la cancelación del Acto oficial de Aniversario Luctuoso del prócer michoacano, con el pálido argumento de que a su juicio, durante el proceso electoral, las autoridades no pueden llevar a cabo actos o reuniones públicas en los que se reúna la ciudadanía, porque los funcionarios podrían hacerse acreedores a multas y sanciones por parte del órgano electoral.

Lo anterior resulta completamente injustificado, pues si bien es cierto que está en curso el proceso electoral del 2024, en el que se renovará no solo la presidencia de la República, sino también senadurías, diputaciones locales y federales, así como las presidencias municipales, y en algunos casos las gubernaturas de los estados, esto, no es motivo suficiente ni impedimento legal, dado que en la normatividad electoral no existe una prohibición expresa y concreta o alguna disposición que ordene a los funcionarios suspender los Actos Cívicos, instituidos con el propósito de que la sociedad y las autoridades rindan homenaje a la memoria de nuestros grandes personajes, de manera digna y decorosa, acorde a su estatura y la magnitud de sus aportes en favor de la Patria.

En todo caso, lo que constituye una prohibición por parte del órgano electoral, es que los funcionarios acudan en días y horas hábiles de despacho, a actos o mítines de naturaleza política, en donde haya un llamamiento expreso al voto en favor de determinado candidato o partido, o bien, reuniones en las que se den a conocer los planes, programas y las plataformas políticas de los institutos partidarios; cosa muy distinta a un Acto Cívico conmemorativo, que no reviste una naturaleza electoral, ni constituye en esencia una reunión de militantes de algún partido, más allá de la preferencia que cada ciudadano pueda tener en lo personal.

Quizá, la cancelación de los Actos Cívicos por parte de las autoridades, se deba a que, en distintos momentos, malos funcionarios, indebidamente han utilizado las tribunas de tales Actos con fines políticos, designando oradores a modo, corifeos del gobierno en turno, que suben al ambón no para pronunciar discursos respetuosos que exaltar a nuestros héroes, sino más bien, para dar a conocer  una larga lista de supuestas virtudes y logros que le atribuyen al funcionario a cuyos intereses obedecen; esas intervenciones parecen más una extensión de algún plan de gobierno, que auténticas piezas oratorias, alusivas a los próceres. 

Esas disertaciones tan atropelladas y faltas de respeto, con fines políticos o propagandísticos encubiertos, podría ser el verdadero motivo para que las autoridades hayan ordenado la suspensión de los Actos Cívicos, ante la posibilidad de que algunos oradores, con tal de quedar bien con sus jefes políticos, sean capaces de aludir a los logros de sus gobiernos, ejercer críticas a un candidato contrario, o realizar un llamamiento al voto en favor de determinado partido, como alguna vez, de forma lamentable, ocurrió en un Acto de Melchor Ocampo en la ciudad de Morelia, en el que el orador oficial se pronunció a favor de las aspiraciones políticas del finado doctor Mireles. Si un hecho como este ocurriera en presencia de funcionarios de distintos órdenes de gobierno en horas hábiles, quizá, esto sí podría dar lugar a una sanción por parte de órgano electoral.

Todo ello, debe hacernos reflexionar, que como sociedad debemos exigir a las autoridades que los Actos Cívicos para recordar a nuestros héroes, se efectúen con el mayor respeto y solemnidad, para que puedan cumplir con su cometido cívico frente a la ciudadanía, cuidando que aquellos individuos que tengan el alto honor de hacer uso de la voz en tribuna, sean perfiles auténticamente ciudadanos, o bien funcionarios con una trayectoria intachable, de reconocida solvencia moral, respetuosos del legado de los personajes en cuya memoria se da cita el pueblo, y no permitir que los tribunos sean perfiles que obedezcan a intereses políticos del momento, que con sus intervenciones, solo mancillen la memoria y el honor de nuestro grandes forjadores de la Nación.

Hector Torres
Author: Hector Torres

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *